Hoy en día en
España llevamos a cavo un espectáculo que básicamente trata de
meter a un toro en una plaza llena de gente que a pagado para ver a
una persona torturarlo hasta el punto de matarlo.
Este evento es una
aberración en la que un toro en clara desventaja es maltratado y, una gran parte de
la población, disfruta al verlo sufrir. Ver a un animal sufrir no es divertido y jamas se debe comparar con la matanza que se hace por la necesidad de comer, ya que esta no es por diversión sino por necesidad. Las personas y algunos toreros han justificado las corridas con
absurdos argumentos como que es cultura, arte o incluso un deporte cuando, en muchas ocasiones, ni siquiera conocen el significado de la propia palabra con la que las definen. En realidad lo que están viendo es a una persona considerada
muy valiente enfrentándose a un toro por propia voluntad y en contra de la del toro. Si nos paramos a pensar con algo de lógica, nos damos cuenta de que en ningún caso podemos considerar esto cultura, en ningún caso debemos pensar que no sufre, cuando estamos viendo perfectamente que está siendo torturado a manos de un torero y, para nada, justificar su maltrato con el argumento de que está bien por que ha tenido una buena vida. Es cierto que es bueno conservar las tradiciones pero una tradición que se basa en la tortura de un animal por simple diversión es inhumano y para nada debe mantenerse.
Las corridas de
toros, en esencia son una clara muestra de cobardía en la que un toro
que no ha cometido ningún crimen no tiene absolutamente ninguna posibilidad de sobrevivir y no es ninguna prueba de nuestra evolución a lo largo del tiempo ni tampoco demuestra que vivimos en un país desarrollado.
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