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LA LITERATURA EN EL SIGLO XVIII
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CLASES DE PALABRAS CORREGIDAS, 2ºESO

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miércoles, 29 de marzo de 2017

COMENTARIO DE UN FRAGMENTO DE "LA REGENTA"

Bismarck tenía razón; el roce de la tela con la piedra producía un rumor silbante, como el de una voz
apagada que impusiera silencio. El manteo apareció por escotillón; era el de don Fermín de Pas, Magistral
de aquella santa iglesia catedral y provisor del Obispo. El delantero sintió escalofríos. Pensó:
«¿Vendrá a pegarnos?».
No había motivo, pero eso no importaba. Él vivía acostumbrado a recibir bofetadas y puntapiés sin saber
por qué. A todo poderoso, y para él don Fermín era un personaje de los más empingorotados, se le
figuraba Bismarck usando y abusando de la autoridad de repartir cachetes. No discutía la legitimidad de
esta prerrogativa, no hacía más que huir de los grandes de la tierra, entre los que figuraban los
sacristanes y los polizontes. Se avenía a esta ley, cuyos efectos procuraba evitar. Si él hubiera sido señor,
alcalde, canónigo, fontanero, guarda del Jardín Botánico, empleado en casillas, sereno, algo grande, en
suma, hubiera hecho lo mismo ¡dar cada puntapié! No era más que Bismarck, un delantero, y sabía su
oficio, huir de los mainates de Vetusta.
En presencia del Magistral, Celedonio había cruzado los brazos e inclinado la cabeza, después de apearse
de la ventana. Aquel don Fermín que allá abajo en la calle de la Rúa parecía un escarabajo ¡qué grande se
mostraba ahora a los ojos humillados del monaguillo y a los aterrados ojos de su compañero! Celedonio
apenas le llegaba a la cintura al canónigo. Veía enfrente de sí la sotana tersa de pliegues escultóricos,
rectos, simétricos, una sotana de medio tiempo, de rico castor delgado, y sobre ella flotaba el manteo de
seda, abundante, de muchos pliegues y vuelos.

El texto que se propone para comentar es un fragmento de la novela “La Regenta” de Leopoldo Alas “Clarín”, considerado uno de los escritores naturalistas de la literatura española.

El fragmento representa una escena cotidiana, la llegada de un cargo eclesiástico a la catedral siendo observada por otra persona. Del contenido se deduce que hay un abuso de poder por parte de esta autoridad: “¿Vendrá a pegarnos?”
La estructura externa consta de tres párrafos organizado internamente de la siguiente manera: en el primero se ve la llegada del Magistral y el miedo de Celedonio. En el segundo, se exponen las causas por las que Celedonio se deja maltratar y en el último los sentimientos que le causa ver al Magistral a su lado.

Podemos destacar las siguientes técnicas narrativas:

Narrador omnisciente: tenemos un narrador en tercera persona, ya que se aprecian ejemplos de que conoce el pensamiento de los personajes: “El delantero sintió escalofríos”; “para él don Fermín era un personaje de los más empingorotados”. No se aprecian intromisiones autoriales.

Contexualización contemporánea: aunque no hay datos suficientes para afirmar que la acción es coetánea al autor, tampoco los hay para decir lo contrario. La escena está sacada del realismo más cotidiano. El espacio es la ciudad de Vetusta, trasunto literario de Oviedo.


Las técnicas más llamativas son las encaminadas a la caracterización de los dos personajes que intervienen en la escena: Celedonio y el Magistral. Y ello se hace a través de los estilos de diálogo. A través del estilo indirecto libre se nos dice que el Magistral es un personaje “de los más empingorotados”; y acostumbrado a la violencia física contra sus subalternos: “hubiera hecho lo mismo: ¡dar cada puntapié”. Idea reforzada con el estilo directo: “Pensó: “¿Vendrá a pegarnos?””. Esta etopeya se complementa con varias prosopografías formando un retrato totalmente subjetivo, ya que está visto a través del personaje de Celedonio, quien lo considera elegante: “veía enfrente de sí la sotana tersa (...) de muchos pliegues y vuelos”, y digno de desprecio: “parecía un escarabajo”. Celedonio se retrata a sí mismo como conformista: “Él vivía acostumbrado a recibir bofetadas y puntapiés sin saber por qué”.

Como se puede observar, esta escena descriptiva constituye un buen ejemplo de las técnicas propias del Naturalismo.

















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